viernes, 11 de abril de 2014

El poder de la mente

No sé si a vosotros os pasa pero yo flipo con el poder de mi mente, tanto para lo bueno como para lo malo, por suerte.
Si pienso que el tumor se está extendiendo me empiezan a doler ganglios. En cuanto me dicen que no está extendido se me pasa el dolor.
Ayer me dolía la cabeza y tenía náuseas. En cuanto me dijeron que imposible sentir efectos tras una sola sesión de radioterapia, se me pasó todo. Y hoy no me duele nada de nada.
Supongo que la mayor parte del tiempo son nervios, como soy happy-flower pues se quedan dentro y han de salir de alguna manera.
Todo el mundo me dice que la actitud es muy importante. Yo soy feliz y veo el lado bueno de lo que me está pasando: ver la vida de otra manera, sentir lo mucho que me quieren los que me quieren, vivir el día a día. Así que a veces pienso que no debe ser muy habitual ser feliz con un cáncer recién diagnosticado y en un sitio tan delicado como el cerebro. Pero si voy a curarme y antes era feliz, por qué no seguir siéndolo? Así que así voy, con mi sonrisa a todas partes.

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